El niño de Turkana (también llamado niño de Nariokotome) es el nombre dado al esqueleto descubierto el 23 de agosto de 1984 por el experto buscador keniano Kamoya Kimeu, miembro del equipo de paleoantropólogos que entonces dirigía Richard Leakey.
Se trata de un esqueleto casi completo (le faltan las manos y los pies) que pertenece a un homínido que falleció entre los 11 y 12 años de edad en los inicios del Pleistoceno. Sus huesos, escondidos en los sedimentos del lago Turkana, se han conservado durante 1,5 millones de años.
Se cree que pertenece a la especie Homo ergaster, que presentaba un desarrollo ontogenético más rápido que el Homo sapiens. Por ello, a los 11-12 años de edad habría finalizado su crecimiento.
El ejemplar padecía una escoliosis, probablemente debida a un accidente) y se cree que falleció de una septicemia generalizada debido a la infección de un molar.
El niño de Turkana (también llamado niño de Nariokotome) es el nombre dado al esqueleto descubierto el 23 de agosto de 1984 por el experto buscador keniano Kamoya Kimeu, miembro del equipo de paleoantropólogos que entonces dirigía Richard Leakey.
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